Primero, vamos a definirla. Qué bonito amor es el remake del magnífico melodrama colombiano La hija del mariachi, que muchas personas tuvimos el privilegio de ver hace poco por el canal Galavisión.
Es la historia de amor imposible entre un hombre que, acusado de un delito del cual es inocente, se refugia en un antro de música mexicana en donde se enamora de una cantante con cualquier cantidad de conflictos personales.
La original era buenísima. ¿Y el refrito? También. ¿Por qué? Porque su adaptador, Ricardo Fiallega, nos está regalando un trabajo pulcro, respetuoso y sin prisas, y porque su productor, Salvador Mejía (Esmeralda), está haciendo un gran trabajo.
Sí, yo sé que es muy fácil viborear lo que siempre se viborea en todas las telenovelas, pero, la verdad, es muy entretenida, está muy cuidada y, a diferencia de otros ejercicios de ese mismo equipo de producción como Triunfo del amor, parece de verdad.
¿Cuáles son las notas? Primero, que al señor Mejía lo bajaron del horario estelar al de las 19:15. Es un aviso, una prueba.
Y segundo, que estamos ante una telenovela pensada más para los mercados internacionales que para los nacionales.
¿Entonces es perfecta? No, porque se está abusando de los falsos suspensos y porque hay que ver qué pasa cuando entren el resto de los personajes, sobre todo, los de color.
Pero, la verdad, está muy padre y le da continuidad al espíritu folclórico que dejó Amor bravío. ¿A poco no?
Milenio
2 Comentario:
que se fumo, usted vio otra novela porque la verdad la novela se ve sobreactuada , los personajes no calzan con la edad de los actores y esto por decir poco porque la verdad es un asco y no me refiero al hecho de que sea un remake de la excelentísima novela la hija del mariachi sino a que no atrae y no transmite NADA uy perdón si transmite algo DECEPCIONAN
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